En lo que llamamos patrones de comportamiento, a menudo reproducimos en el presente situaciones vividas en nuestra infancia, y nuestro comportamiento hacia los demás, refleja la forma en cómo fuimos tratados.
Por decirlo de alguna manera podemos estar relacionándonos, por ejemplo, con nuestros hijos de la misma forma que nuestros padres lo hicieron con nosotros, (aunque no nos guste)
Cuando empezamos a profundizar en los recuerdos, en esas experiencias tempranas, liberando tensiones asociadas, se empiezan a modificar esos patrones, y empiezan a suceder cosas diferentes… a veces sorprendentemente rápido.
En una sesión con una mujer que se sentia desatendida, una vez en concentración, recordó una imagen de su infancia relacionada con ese sentimiento; con una intervención, a los pocos minutos de iniciar un ejercicio para de liberar la tensión y el dolor asociado a dicha experiencia, apareció su marido con su hijo llorando desconsoladamente porque tenía un dolor de barriga.
Le hice reflexionar acerca de lo que acababa de suceder; era una Sincronicidad; estábamos accediendo a una experiencia dolorosa por desatención y justo entra su hijo llorando por la puerta!
Era una oportunidad formidable para romper el patrón.
La invité a que le atendiera… Hicimos una pausa de unos 10 min.
Al reiniciar la sesión me comentó lo gratificante que habia sido para ambos y se hizo consciente de la necesidad que él tenía de estar con ella en ciertos momentos.
Fue realmente conmovedor.
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